Con el crecimiento exponencial del mercado de CBD, muchas personas han encontrado en este compuesto natural un aliado para mejorar su calidad de vida. Sin embargo, a pesar de su popularidad, el CBD aún está rodeado de mitos y malentendidos. ¿Es legal? ¿Tiene efectos psicoactivos? ¿Realmente funciona? En este artículo aclaramos algunos de los principales mitos y compartimos la experiencia de clientes reales que han experimentado de primera mano los beneficios del CBD.
El respaldo de la ciencia: ¿Qué es el CBD?
El cannabidiol, o CBD, es uno de los más de 100 compuestos presentes en la planta del cannabis. A diferencia del THC, el CBD no es psicoactivo, lo que significa que no genera el “colocón” asociado al consumo de marihuana. Cada vez más estudios científicos sugieren que el CBD tiene potencial para ayudar con condiciones como la ansiedad, el insomnio, el dolor crónico y otros trastornos sin los efectos secundarios comunes en medicamentos tradicionales.
Un estudio reciente publicado en Frontiers in Neurology encontró que el CBD puede reducir la espasticidad en pacientes con esclerosis múltiple, una afección neurológica debilitante. Otros estudios respaldan el uso del CBD para mejorar la calidad del sueño y reducir los niveles de estrés.
Como indica el Dr. Borja Bandera en su canal de Youtube, la industria del CBD ha crecido exponencialmente en los últimos años fundamentalmente porque “es una molécula efectiva” y porque tiene “menos efectos secundarios que la mayoría de psicofármacos que se utilizan para tratar dolencias similares”, como por ejemplo las benzodiacepinas.
Desmintiendo los mitos más comunes sobre el CBD
A continuación se desmienten algunos de los mitos más frecuentes en torno al uso del CBD:
Mito 1: “El CBD coloca”
Realidad: A diferencia del THC, el CBD no tiene propiedades psicoactivas. No genera ninguna sensación de euforia o alteración mental, lo que lo convierte en una opción segura para personas que buscan alivio sin los efectos del cannabis recreativo.
Mito 2: “El CBD no tiene respaldo médico”
Realidad: Cada vez más investigaciones médicas avalan el uso del CBD en una amplia gama de aplicaciones. Desde la reducción del dolor crónico hasta la mejora de la calidad del sueño, varios estudios han demostrado su efectividad, y muchos profesionales de la salud están comenzando a recomendarlo como un complemento terapéutico. Un estudio destacado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2018 concluyó que el CBD es un producto seguro. La investigación también señala que el CBD no genera adicción ni dependencia, y puede ser eficaz para tratar diversas afecciones como el dolor crónico, la epilepsia y los trastornos del sueño.
Más recientemente, se han puesto en marcha importantes proyectos de investigación en torno al CBD como el de Modelización de cannabinoides: impacto sobre el encéfalo y el organismo, desarrollado gracias a la financiación de la Comisión Europea y coordinado por la Universidad de Aarhus en Dinamarca.
Mito 3: “El CBD es ilegal”
Realidad: En muchos países y estados, el CBD derivado del cáñamo industrial (en la UE y España con menos del 0,2% de THC) es completamente legal. Por eso es realmente importante acudir a marcas que cumplan con todas las normativas necesarias para garantizar que los productos sean seguros, legales y de la más alta calidad. Es crucial verificar que los productos cuentan con las certificaciones pertinentes que garantizan que los aceites de CBD contienen los niveles de THC legales. Además, las opiniones de los clientes pueden ofrecer una valiosa referencia sobre la calidad y efectividad de los productos disponibles.
La experiencia de los clientes al usar CBD
En la última encuesta realizada a más de 420 clientes por Naturecan, una de las marcas líderes en España y Europa en la venta de aceite de CBD de acuerdo a la plataforma independiente Leafreport, un 95% de usuarios de CBD afirmaron que el CBD ha mejorado su bienestar. Las áreas donde se reportaron mayores beneficios fueron aquellas relacionadas con la mejora del sueño y el alivio del dolor, sugiriendo que estos son los problemas más abordados por los encuestados a la hora de consumir CBD. Los resultados también indican que el uso prolongado es clave para maximizar los efectos del CBD, siendo los usuarios de más de cuatro meses quienes experimentan mejoras más notables.
El estudio realizado por Naturecan sobre el uso del aceite de CBD también reveló que encontrar la dosis y el producto adecuado es esencial para obtener los mejores resultados. De hecho, aquellos que no conocen la dosis exacta que están consumiendo tienden a reportar menos beneficios.
Entre los encuestados, Carlos H, un hombre de 70 años que padece esclerosis múltiple secundaria progresiva, describió cómo el aceite de CBD ha sido transformador en su bienestar y calidad de vida. Después de experimentar múltiples efectos secundarios debido a los medicamentos tradicionales, Carlos encontró en el CBD una alternativa natural que le ha permitido dormir mejor, aliviar el dolor muscular y mejorar su espasticidad. Según asegura, el producto no solo ha mejorado su descanso, sino que lo ha hecho sin los efectos adversos que enfrentaba con otros tratamientos. “Sufrí todos los posibles efectos secundarios de los medicamentos que estaba tomando. Era horrible. A veces el remedio era peor que la enfermedad”, confiesa. “Una de las cosas que más valoramos del CBD es que es un producto natural que no nos ha causado ningún efecto secundario”, concluye.