Bajo el título “Manejo de la polimedicación en la persona mayor desde la farmacia”, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Gipuzkoa (COFG) ha organizado hoy una formación online en la que han participado 120 profesionales y que ha contado como docentes con los farmacéuticos especialistas en farmacia hospitalaria: Silvia Martínez, del Servicio de Farmacia de OSI Donostialdea y Alex Ferro, farmacéutico en Matia Fundazioa.
El COFG ha organizado esta formación ante la prevalencia de la polimedicación entre las personas mayores y las peculiaridades y consecuencias que esta medicación puede tener en su salud, apostando por el seguimiento de la efectividad y seguridad de la misma desde la farmacia comunitaria.
La polimedicación es cada vez más común en la práctica clínica, particularmente en personas mayores de 65 años. Así, según han expuesto los ponentes, un estudio realizado en España que evaluó la evolución de la polimedicación en las personas mayores de 65 años, estimó un aumento de la prevalencia de 9,8% a 28,2% entre los años 2005 y 2015, siendo este incremento más acentuado en el caso de las mujeres y las personas mayores de 80 años.
“Además, según ha expuesto Silvia Martínez, en personas de edad avanzada “se estima que del 10 al 30% de las consultas en centros hospitalarios se pueden atribuir a efectos adversos por medicamentos. Si consideramos además, que el enfoque unidimensional de muchos prescriptores, las pautas complejas, las duplicidades, las prescripciones indefinidas, la dificultad en la compresión del tratamiento, el deterioro cognitivo…son factores que pueden multiplicar el riesgo de sufrir eventos adversos, en este grupo de población, es preferible que el tratamiento sea lo más simplificado y sencillo posible. Menor riesgo de interacciones farmacológicas existirá y mayor empoderamiento y adherencia al tratamiento conseguiremos. “
En esta línea, Alex Ferro ha recordado que la polimedicación en las personas mayores ha sido frecuentemente asociada con resultados clínicos adversos como caídas, deterioro funcional y cognitivo, empeoramiento de la calidad de vida, e incluso, una mayor tasa de mortalidad. Por ello, ha subrayado “las farmacias deben contar con farmacéuticos formados con una orientación clínica, que hagan labores de seguimiento farmacoterapéutico que permitan hacer frente al problema de la polimedicación en personas mayores. Para ello, el Departamento de Salud debe dotar de todos los instrumentos necesarios (p.ej.: acceso a historia clínica), debe generar canales de comunicación directos con los médicos y farmacéuticos de la atención primaria, así como considerar la financiación de este servicio para desempeñar con garantías esta necesaria labor”, ha subrayado el especialista en farmacia hospitalaria.
En su opinión, el sistema sanitario tiene la obligación urgente de revertir la tendencia en aumento de la polimedicación en la persona mayor de los últimos años, debido a los resultados adversos relacionados. “La desgraciadamente debilitada atención primaria puede verse beneficiada por la colaboración del farmacéutico en la atención de la persona mayor polimedicada de cara a realizar intervenciones que pueden mejorar resultados en salud”.
Intervenciones farmacéuticasEn esta misma línea, Silvia Martínez ha señalado que el farmacéutico muchas veces “es el primer profesional sanitario al que acudimos todos los ciudadanos por la fácil accesibilidad y la confianza que depositamos en el farmacéutico de “toda la vida”. Considero que se pueden hacer grandes intervenciones ya que la confianza en el profesional sanitario es clave para aceptar una propuesta de adecuación del tratamiento farmacológico”, ha subrayado.
La especialista en farmacia hospitalaria ha recordado que el objetivo principal de todos los profesionales sanitarios es mejorar la salud del paciente: “por ello, se debería promover en mayor medida la composición de equipos multidisciplinares que trabajaran de manera coordinada consiguiendo así un uso efectivo y seguro de la medicación garantizando en todo momento una atención óptima para el paciente”.
Silvia Martínez ha concluido afirmando que “las personas mayores son una población compleja y muy heterogénea y, por ello, es fundamental realizar una atención centrada en la persona que sea multidimensional e interdisciplinar. Hay que abordar a la persona en su contexto global y no centrarnos únicamente en el proceso o enfermedad; es decir -ha matizado-, es necesaria una valoración geriátrica integral”.
En la sesión de hoy se han abordado aspectos como la repercusión del envejecimiento poblacional y la cronicidad en la tendencia de uso de los medicamentos en la persona mayor; o la heterogeneidad de la persona mayor y la necesaria identificación de las personas más vulnerables de cara a plantear estrategias de adecuación farmacoterapéutica en el paciente polimedicado. Se han presentado asimismo herramientas que pueden ayudar a realizar una adecuación del tratamiento farmacoterapéutico de las personas mayores, para diseñar un plan de atención individualizado para el paciente.