La docente subrayó la importancia de diagnosticar de forma adecuada cada tipo de dolor, para poder tratarlo con las mayores garantías de éxito y recordó que casi un 90% de los pacientes que acuden a la farmacia pidiendo un analgésico “lo hacen por algún episodio de dolor agudo y ocasional, por lo que vamos a poder tratarlos y solucionar el problema con medicamentos sin receta”.
Asimismo, subrayó la importancia del papel del farmacéutico en el apoyo psicológico de los pacientes con dolor crónico, teniendo en cuenta su cercanía al paciente.
Un total de 130 farmacéuticos/as guipuzcoanos han participado en el curso online organizado por el COFG para formarse en el abordaje del dolor, dolor agudo y analgesia, que fue impartido por la farmacéutica Sandra Moreno, Medical Affairs en Kern Pharma. El Colegio guipuzcoano organizó esta formación teniendo en cuenta que las consultas por dolor en la farmacia son muy frecuentes. “Los pacientes confían en nosotros y, la mejor forma de ayudarles, es tener la formación adecuada para tratar a cada uno de forma individual”, subraya Sandra Moreno.
En cuanto a las consultas relacionadas con el dolor y el papel de la farmacia, Moreno explica que el dolor crónico es el que dura más de tres meses. “En este caso el paciente siempre debe realizar seguimiento con el médico, que le recetará o recomendará el tratamiento que considere oportuno. Nosotros, desde la farmacia, debemos asegurarnos de que el paciente entiende y cumple bien el tratamiento, y asesorarle en el tema de las interacciones y efectos adversos”. En este sentido, Sandra Moreno subraya la importancia del papel del farmacéutico en el apoyo psicológico de los pacientes con dolor crónico, “ya que es el profesional sanitario que tienen más a mano”.
El caso del dolor agudo es diferente, explica. “En este tipo de dolor, como son la mayoría de las cefaleas, dolores de espalda o de dolores menstruales, por ejemplo, podemos recomendar al paciente tanto cambios en sus hábitos de vida y tratamientos no farmacológicos, como medicamentos analgésicos que no precisan de prescripción médica, como paracetamol y/o AINEs. Es importante saber que la gran mayoría, casi un 90%, de los pacientes que acuden a la farmacia pidiendo un analgésico, lo hacen por algún episodio de dolor agudo y ocasional, con lo que vamos a poder tratarlos y solucionar el problema con medicamentos sin receta”, señala.
A juicio de la farmacéutica, es fundamental detectar los casos en los que hay que derivar al paciente al médico. Por ello, recuerda que “los tratamientos analgésicos con medicamentos sin receta deben durar un máximo de entre 3 y 7 días, en función del fármaco. Si el paciente continua con el mismo dolor una vez pasado este tiempo debe acudir al médico. También en casos de niños menores de 6 años y mayores de 75 años polimedicados se recomienda derivar, al igual que en pacientes anticoagulados, inmunodeprimidos o mujeres embarazadas. Otros casos importantes serían, por ejemplo, un dolor de cabeza que curse con vómitos y/o rigidez en la nuca, o dolores que se acompañan de hormigueos, entumecimiento de las extremidades, o pérdida de peso. También cuando el dolor se acompaña de síntomas respiratorios o de manifestaciones cutáneas debemos derivarlo”, señala.
Tipos de dolorA juicio de Sandra Moreno, “es muy importante diferenciar de forma adecuada cada tipo de dolor para poder tratarlo con las mayores garantías de éxito posibles”. En este sentido, recuerda que el dolor se puede clasificar según varios criterios: según su duración, su origen, su causa, su curso y su intensidad.
“La duración nos dice si el dolor es agudo o crónico. El dolor agudo tiene una finalidad de protección del organismo, sirve como señal de aviso ante una agresión o daño externo y está limitado en el tiempo. El dolor nos avisa de que algo no funciona bien, para que podamos arreglarlo. Si el dolor dura más de tres meses se considera crónico, perdiendo su función protectora y convirtiéndose en una enfermedad en sí mismo”.
La farmacéutica explica que según su origen se puede clasificar en dolor nociceptivo o neuropático. “El nociceptivo es el más habitual y se produce por la activación de los receptores del sistema nervioso específicos para responder ante estímulos dolorosos, los nociceptores. El dolor provocado por una quemadura por ejemplo, es nociceptivo. El dolor neuropático, mucho más complejo, surge como resultado de un daño o agresión en el sistema nervioso y el impulso doloroso se genera en las propias estructuras neurales. Un ejemplo sería la neuropatía diabética. Según su curso -apunta-, puede ser continuo o irruptivo, éste último aparece de golpe. Y, según su intensidad puede ser leve, moderado o grave (por ejemplo es un dolor grave una cefalea que nos despierta por la noche)”.
Concluye reiterando la importancia de saber diferenciar los tipos de dolor por parte del farmacéutico y de las formaciones, como la organizada por el COFG, para que el profesional conozca el máximo de herramientas un correcto abordaje del dolor desde la farmacia comunitaria.